lunes, 8 de octubre de 2012

El ascenso

Por Loplau

Quizás la relación era perfecta. Ajustada a los tiempos, a nuestra realidad e inclusive a nosotros mismos. Nos reíamos desnudos. Hablábamos mucho. Comíamos en la mesita ratona del living con música de fondo y, a veces, ahí mismo bailábamos abrazados. Era un escenario fastuoso de cuatro paredes y nosotros, los mejores actores. Todavía no sé qué era más placentero: mirarnos o escucharnos. Después nos emborrachábamos en la cama y de vez en cuando, dormíamos.
La claridad y la convicción de que lo que sentíamos era amor tuvo tanta fuerza que no la pudimos dominar y quisimos más. Un rango artificial mayor, un insignificante progreso, un ascenso que nos diera importancia, calidad y reconocimiento. Había llegado el momento de abrir el telón y presentar esa obra maravillosa. Queríamos ser novios. Novios o nada. Era necesario, urgente. 
La voracidad de que el resto viera lo que teníamos, la necesidad de que aplaudan nuestro amor, nos fue convirtiendo en perversos. La gracia ya no era bailar, queríamos que nos vieran hacerlo. No queríamos más vivir nuestro romance, queríamos vivir de él. Nos olvidamos de sentir amor, solamente lo queríamos mostrar. Fue tanto el éxito, que a veces nos sentíamos cansados. Ya no nos reíamos desnudos. A menudo hablábamos. Preferíamos comer en un restaurante. Nos emborrachábamos en un bar y en la cama se dormía.
Con el recuerdo de lo que habíamos sido al principio, sumado al apuro porque nada se rompa, decidimos convivir. Una convivencia como sinónimo de progreso y no de amor. Ni siquiera de ganas. Ya no podíamos bajarnos de ese escenario. Nos fuimos convirtiendo en actores de una presumida comedia que no hacía más que alimentar un vicio, el de estar en boca de la gente. El vicio de la mujer que grita: ¡Miren, este hombre es mío! Y el del hombre que, aunque sin gritar, hace notorio que esa mujer le pertenece. No era más que eso: pertenencia. Nos pertenecíamos y nuestra pareja sólo era válida porque el resto nos asumía como tal. Aunque ya para ese entonces, nuestro amor estaba en ruinas, y nosotros, ya nos habíamos vaciado.
Hoy, nuestro amor sigue en boca de todos. Ya no nos reímos. Hablamos del clima. Comemos en el comedor. Nos besamos en público, solamente. Nos emborrachamos por separado, con nuestros amigos y seguimos durmiendo, a veces, con otras personas.




23 comentarios:

  1. No te hacés una idea de como me siento tocada.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena postal de la vida de pareja aparente. Un gusto leer a Loplau en algo más que 140 caracteres.

    ResponderEliminar
  3. ¿Tanta clase había que ponerle a contar una desdicha?

    ResponderEliminar
  4. Respuestas
    1. Sapa, siempre presente usted!
      Debería ganarse el premio el lector del mes...o del año...
      Lo que sienta mejor.-

      Eliminar
    2. A fin de año, si hacemos una entrega de Premios del estilo «Galardón al aguante», vos te llevás el de oro.

      Gracias, Sapa.

      Eliminar
  5. Un gran placer contar con las letras con otros matices de la Loplau que conocemos.

    La disfruto desde chiquita.

    La compartimos porque de eso se trata la vida buena.-

    Te quiero

    Cl.-

    ResponderEliminar
  6. Qué triste, eso no era verdadero amor.
    Pero debo felicitarte, está muy bien escrito.

    ResponderEliminar
  7. excelente, "Nos fuimos convirtiendo en actores de una presumida comedia que no hacía más que alimentar un vicio, el de estar en boca de la gente", ese protagonismo vacío de ser para los demás olvidando ser... tán sólo ser...

    ResponderEliminar
  8. @loplau tiene sentido (corrosivo) del humor, es original, es inteligente (en 140), y si le das un poco más de espacio te demuestra que le sobra talento y sabe escribir. Nos, los lectores, agradecidos.

    ResponderEliminar
  9. Cuánta verdad, que manera de sentirse casi como mirando un espejo.

    ResponderEliminar
  10. Si, leyendote @loplau, pienso que por ahí es mejor que las relaciones más lindas que se tienen, se terminen antes de agonizar.

    ResponderEliminar
  11. Buenisimo! me encanto, no hay mejor descripcion q esta. GROSA!

    ResponderEliminar
  12. La pertenencia a lo social, que arruina lo individual y único, como es el amor.
    Me encantó.

    ResponderEliminar
  13. Vos sos mía, yo soy tuyo. Yo te cosifico, vos me cosificás. Excelente, Laureana.

    ResponderEliminar
  14. MUY bueno!!! .. increiblemente identificada con ésta historia.

    ResponderEliminar
  15. Espectacular, sin palabras. Las gastaste todas. y todas y cada una bien puestas en el lugar indicado, Laureana.

    ResponderEliminar
  16. Me sigue doliendo como la primera vez que lo leí.

    ResponderEliminar
  17. Me puse a llorar, me siento Bridget Jones o algo así.

    ResponderEliminar