viernes, 16 de marzo de 2012

C'est la vie




Para vos, mi linda retorcida.



Ella encontró la vida allí donde la llevó la muerte. Había llegado no sólo con las muñecas, sino también con su infancia y esperanzas desangradas.

Quizás fueron las drogas o esas personas que nunca imaginó conocer pero lo cierto es que la alegría perdida se le fue inyectando para hacer de ella una heroína. 

Era tan bonita y vulnerable que el resto de los habitantes del loquero la fue adoptando, matando así a la huérfana de afecto.

Jugaban como adolescentes con los futbolistas retirados. Le escondía las insignias y desordenaba los libros al huraño milico; le pintaba las uñas, los ojos y las arrugas a la vieja maestra y recitaba vidalas con el arruinado poeta.

Dejó la infidelidad de su marido, la mentira de su familia y el peso de sus fracasos enterrados en los jardines de aquel palacio donde descubrió que [a veces] la locura es una forma concreta de salud.

Se despojo del traje de señora, se desnudó de culpas, y se quitó la ropa en un mugroso baño una tarde de abril.

Horrorizó a sus padres, alarmó a los médicos, inquietó a los internos; ella enfrentó a sus monstruos riendo. Y pudo darse el alta cuando se supo aferrada a la vida de una vez y para siempre,  desde el  vientre para adentro.- 

1 comentario:

  1. Hola Claire, no tengo mas comentario que decir que no hay peor imaginacion que la que imagina lo que ya hay.
    Buena (espero) imaginanación la suya.
    salú,
    L

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