lunes, 5 de marzo de 2012

Parpadeando un mundo





Un simple cerrar y abrir de ojos: lo hacemos más de diez mil veces por día pero en cada parpadeo el mundo se desvanece frente a vos para que lo vuelvas a crear. La ciencia nunca va a poder explicar como la imaginación nos hace eternos.

Cada parpadeo es la oportunidad de ver las cosas de otro modo, desde otro lugar, aprovechar para observar a tu alrededor.  La posibilidad de percibir que la gente viene y va enamorada del apuro, cada uno en su propia burbuja, respirando alegrías, tristezas, grandes fracasos y pequeñas victorias. Tan cerca y tan lejos todos, preocupados por aquellas cosas que luego van a olvidar.

En este momento todo parece ser poco importante. Nacer, vivir, morir bien podrían ser partes de un juego que nadie sabe jugar; una costumbre que empezó vaya a saber quién y que vos repetís sin cuestionarlo siquiera. Todo se reduce a ganar o perder pero ¿cuál es el mérito de permanecer? 

Usás el espejo como reloj y al reloj como ancla; tu sonrisa te pide indemnización, se cansó de que le digas basta. Los días se suceden tratando de ganarte la vida, sin saber porque sentís estar endeudado con el mundo. Tampoco sabés cuándo te convertiste en un coleccionista de seguridades.  Si hasta hace muy poco, tu único combustible era la adrenalina y hoy solo te esmerás en mantener cada cosa en su lugar. Todavía cargás con sueños que inflaste con forma de globos y sin embargo no eras vos el que los tenía que llevar sino al revés.

Las mañanas ya no te fían, por eso vivís pidiéndole adelantos al futuro. Buscás para vestirte un par de halagos pero todos te quedan grandes. Vas a tener que abrigarte con algunas de las excusas gastadas que hasta ahora no querías usar. ¡Cómo se extraña que el tiempo pase en puntas de pie! 
Las madrugadas ya comienzan sin vos, pero caprichoso seguís regalándole imitaciones de la luna a Julietas sin balcón.

Así y todo la seguís peleando, convencido que poco te interesa entender. Nunca fuiste bueno con las mentiras pero te llevás peor con la verdad. 
Quizás el secreto sea pensar en todo como un gran chiste, es mucho mejor que aceptar ser el viudo de lo que nunca fuiste. 

Al fin y al cabo siempre tenés la opción de parpadear para que todo vuelva a comenzar.

2 comentarios:

  1. "Usás el espejo como reloj y al reloj como ancla." Excelente, ¡gracias por compartirlo!

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  2. muy bueno! me gusto! clap clap clap! besos

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