viernes, 16 de marzo de 2012

No preguntes




Y el final de la historia sin nudo ni desenlace, los encontrará juntos la mañana de una noche en que la soledad se sentía demasiado sola.

—Quedate, por favor.
—¿Para qué?
—Para que yo crea que te querés quedar.
—Me quedo, pero no te entiendo.
—No te preocupes. Ni la noche ni yo buscamos ser entendidas.

Ella entendía. Esta noche estaba tapando con un dedo la soledad, remendaba ausencias, engañaba al vacío. Una nada demasiado íntima; relativa, absoluta y pavorosamente ajena a su cuerpo abrazado a cualquier otro cuerpo en la cama. El alma guardada en otros tiempos, en otra piel.
Sin saber si es necesario pedir perdón cuando se utiliza y manipula a alguien como escudo, cuando no hay más allá. Cuando dos es un número impar.

—No te vas a ir con las manos vacías, esta noche te regalo la que nunca seré.

Protegeme de lo que no hay, de lo que no me ocurre. Tocame como si supieras entenderme, sonreíme como si en mí vieras un camino. Sé testigo de mi perfecto terror a cerrar la puerta y ser una sombra imperfecta frente al espejo. Solamente te puedo prometer el desconcierto. Sé testigo de este instante.
Mañana vendrá el sol y seremos dos conocidos que no llegaron a conocerse.



10 comentarios:

  1. Hola Eva, tengo el privilegio de ser el primero en dejar un comentario, y como siempre, tus letras Sil: "son perfectas" y en cierta forma sobreviven a la lectura, y se quedan ahi dando vueltas, como una marca indeleble.
    Admirote.

    Un besote.
    Martin, alias #Chivache

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    1. Gracias por tus palabras, palabras amigas. Yo también te admiro M. Beso

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  2. Hola Eva,
    no puedo decir mucho, pero digo. Paso por acá. Sospecho que hay una soledad para cada quien y cada quien sabe quien es partícipe de ella, no ya para destruirla sinó para acrecentarla y con ese crecer de soledades, crecer uno. Eva, cuidás las palabras como hijos o hijas, no las cuides tanto a veces, ellas crecen. Y crecen y no te dejan sola.
    salu,
    L.

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    1. No las cuido. Crecen como enredaderas a veces. Ya veré que hacer con ellas. Salut, arrabal.

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    2. Mejor así, Eva, de este lado me quedo mas tranquilo. Dice Cortazar por ahi que se cepilla las palabras antes de usarlas. Quizas cepillar enredaderas es algo así como peinar flores, o en el mejor de los casos hacer que las paredes estén vivas (por la enredadera, digo).
      saludes,
      L.

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  3. Te leí como si en vos viera un camino. Me voy antes de que el sol se sorprenda de vernos.

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    1. El sol no sabe de anonimatos, solo de calor. Gracias por tu comentario.

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  4. Estimada vecina,
    le dejo el abrazo de todos los días, el de hoy y los que vienen y que le deberé en cada amanecer.
    Gracias por cada palabra. Que venga el sol ya que no somos tan desconocidos.-

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    1. Volverás cuando haya material para la sonrisa, no hay hueco ni vacío. La presencia, la compañía todo está ahí. Abrazo fuerte.

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  5. Siempre te dije que escribieras, que ahi esta tu salvacion en muchos sentidos. Escribe pues... Te falta ir al desierto un tiempo, y volver con los ojos en el mas alla y el pelo blanco...

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